Muchas veces lloramos por los problemas, nos tumban y sentimos que ya no podemos más, es normal. Pero nunca dejemos de lado la esperanza, nunca la perdamos, Dios siempre sabe lo que te ocurre, y si lo permite es por algo. Así mismo, Él sabe cómo sacarte de la situación en la que estás. No te desanimes, cree y saldrás con victoria.